
Los códigos QR, esos bloques de cuadraditos negros y blancos, están ganando terreno cada vez más gracias a su conveniencia. A raíz de la pandemia se han hecho habituales en los restaurantes para acceder a la carta, además de utilizarse en el certificado de vacunación y en muchos otros sitios. Pero lo que mucha gente no sabe es que un código QR no es más que una forma cómoda y compacta de imprimir una URL, lo que significa que podemos encontrarnos con códigos QR maliciosos.
¿Qué tengo que hacer?
Dado que un código QR, en general, no es más que una URL, debemos analizar en donde se encuentra antes de escanearlo. ¿Es un código aislado, sin ningún texto que nos diga de qué es, pegado en una farola o en una pared? Deberías desconfiar y no escanearlo. Sin embargo, los ciberdelincuentes pueden intentar colárnosla de otras maneras. Así, antes de escanear el código QR en un restaurante, revisa que no hay una pegatina con un código QR diferente pegada encima del código QR original. Si hay varios códigos QR, pregunta al camarero cual es el correcto, y pídele que elimine los falsos.
Por último, cuando escaneamos un código QR desde la aplicación de cámara de nuestro móvil, nos mostrará la URL de destino y pedirá confirmación antes de visitarla. Debemos analizar dicha URL cuidadosamente para asegurarnos de que no nos está llevando a ningún sitio peligroso o desconocido, sino a donde queremos ir.