
Salta un aviso en nuestro móvil: nos ha llegado un SMS. Echamos un vistazo y vemos que es del número de nuestro banco, así que asumimos que podemos confiar en lo que dice. ¡Craso error! Es muy sencillo falsificar el número de origen de un SMS, por lo que aunque el número coincida con el que tenemos en nuestra agenda, no debemos asumir que realmente proviene de él.
¿Qué tengo que hacer?
Nunca se debe confiar en el número de teléfono del que proviene un SMS, pues es muy sencillo para cualquier ciberdelincuente cambiarlo por otro. Siempre debemos extremar las precauciones y asumir que cualquier SMS que recibamos puede ser fraudulento, por lo que jamás debemos hacer click en enlaces que vengan en ellos o llamar a ningún número de teléfono, sólo porque el mensaje parezca provenir de una fuente fiable.