
Cada vez es más habitual que, al darnos de alta en un servicio online, se nos pida que incluyamos una pregunta de seguridad y su respuesta para poder acceder si olvidamos nuestra contraseña. Por desgracia, a menudo olvidamos que la respuesta a dicha pregunta tiene el mismo poder que la propia contraseña, como descubrió por las malas Paris Hilton cuando le hackearon su cuenta de correo gracias a que la pregunta de seguridad era “¿Cual es el nombre de tu mascota?”, dato que había publicado en varias ocasiones en la red.
¿Qué tengo que hacer?
Cuando tengas que decidir una pregunta de seguridad, escoge una cuya respuesta no sea obvia ni conocida. Si has publicado el nombre de tu perro en tus redes sociales, no lo utilices. Si tu perfil de LinkedIn incluye tu formación académica completa, no escojas “¿Cual fue tu primer colegio?”. Intenta que la respuesta no se pueda obtener en base a nada que hayas publicado en tus redes sociales, porque será el primer sitio donde buscará la respuesta un potencial atacante.