
Esta recomendación tiene muchos años, pero sólo empezó a ser tomada realmente en serio por la mayoría de las personas cuando el propio Mark Zuckerberg, el creador de Facebook, apareció en una entrevista donde se veía perfectamente cómo la cámara de su portátil estaba tapada con un trozo de cinta adhesiva.
El motivo es que, si nuestro ordenador se ve comprometido por un virus o troyano, una de las muchas cosas que suelen hacer los ciberdelincuentes es grabar a sus víctimas mientras utilizan el ordenador. Además de para extorsionar a la persona grabada, también son muy útiles para estafar a otras personas en chats: gracias a ellas, el ciberdelincuente puede hacerse pasar por decenas de personas diferentes en videochats y engañar a otras víctimas para conseguir dinero o datos personales, simplemente mostrando cualquiera de las grabaciones en lugar de su imagen real.
¿Qué tengo que hacer?
Nunca confíes en el piloto luminoso de la webcam, pues en muchos dispositivos se puede controlar de manera independiente, con lo que la cámara podría estar grabando aún con el piloto apagado. Para estar adecuadamente protegido, pon siempre algo delante de la webcam.
La solución más rápida consiste en pegar con cinta adhesiva un trozo de papel que sea algo más grande que el objetivo de la cámara (nunca pegues directamente cinta adhesiva opaca sobre el objetivo, pues al quitarlo para usar la cámara pueden quedar restos del pegamento).
Una solución más cómoda consiste en pegar un “obturador”, “cubierta” o “shutter” para webcam: se trata de una pieza de plástico que cubre el objetivo y que tiene una pestaña que se puede desplazar hacia un lado para descubrirla, o hacia el otro para cubrirla. Son extremadamente baratos (se pueden conseguir packs de seis shutters por menos de un euro) y constituyen una buena inversión en seguridad.