
Abrir documentos no solicitados, enviados por desconocidos, es una receta segura para acabar siendo víctima de un ataque informático por parte de ciberdelincuentes. Por eso debemos siempre extremar las precauciones y no abrir nunca un adjunto que nos envíe alguien que no conocemos.
¿Qué debo hacer?
Analiza el remitente, y si no sabes quien es, no abras el correo ni el adjunto. Lo mismo si el nombre del remitente es muy parecido, pero no igual al de alguien que sí conozcas, pues lo más probable es que sea un ciberdelincuente intentando confundirte para que creas que es un correo legítimo.
No abrir archivos adjuntos evita una de las principales vías de entrada de los virus y troyanos. Y es que ni los sistemas operativos son perfectos ni los antivirus pueden detectar absolutamente todos los virus, mucho menos si son tan recientes que aún no se han incorporado a su base de datos.